Los Privilegios de Someter a Su Esposo
Muchas mujeres no les gustan la idea de la sumisión porque ellos piensan que van a perder todos sus derechos. La verdad es que nosotras no tenemos derechos. Los perdimos cuando rebelamos contra Dios. No perdimos porque somos mujeres pero porque somos pecadores. Nosotros no pertenecemos a nosotros mismos. Cristo nos compró y somos de Él en alma y cuerpo. Rom. 6:18 Si somos siervas de Dios, debemos estar dispuestos para hacer cualquier cosa para Él Juan 13:15-17; I Pedro 2:21,23 Cristo es nuestro ejemplo. Cristo sometió a los servicios de su padre, a los oprobios, maldiciones, persecuciones, y sufrimiento. Si queremos obedecer a Dios, tenemos que obedecer a nuestro esposo. La verdad es que nosotras tenemos privilegios cuando sometemos a nuestros esposos.
Tú puedes confiar en que Dios cumplirá sus promesas. Salmo 37:3-5 Dios te hará posible al obedecer. Debemos tener fe en Dios que Él puede ayudarnos a someter y nos ha dado promesas cuando obedecemos a Él.
Tú puedes escoger a qué hombre vas a obedecer. Ella solamente tiene que escoger a su esposo no cada hombre. Dios nos ha dado muchos autoridades en nuestras vidas que no podemos escoger, pero si podemos escoger nuestro esposo. Ef. 5:22; Tito 2:5; I Pedro 3:1 Desde niñas hemos leídos historias que terminaron en que “se enamoraron, se casaron, y vivieron por siempre muy felices.” No hay ningún hombre en la tierra que puede hacerte feliz. Él puede proveer para tu bienestar, suplir tus necesidades físicas, pero no puede garantizar la felicidad. Solamente Cristo puede hacerte verdaderamente feliz. Debes encontrar tu gozo y satisfacción en el Señor.
Tú tienes el cuidado de tu marido por vida. . Si nosotros no trabajamos no es igual que un hombre. Si un hombre no trabaja, no recibe un sueldo para cuidar a su familia. Él tiene mucho más responsabilidad.
Tú eres libre de las consecuencias de sus decisiones. El esposo es responsable por como se cuida la familia. Es la responsabilidad del hombre de dar cuentas a Dios por como ha criado a sus hijos, como a cuidado a su esposa, como ha guiado a su hogar. No debemos asumir la responsabilidad de ganar el dinero para la familia. Ningún hombre a quién se le quita el orgullo de proveer para su familia, mostrará interés en pagar los recibos. Podemos ayudar por medio de buscar alimentos más baratos. La mujer debe deja las decisiones al marido.
Tú puedes ser una ayuda idónea para tu marido. Eclesiastés 4:9-12 Una buena mujer, que ama profundamente a su esposo, felizmente sumisa, que ora fervientemente por él, que está ansiosa de ayudarlo, una buena mujer, puede inspirar a un hombre al servicio de Dios más allá de lo que podría haber soñado por sí solo. Pero todo esto está ligado a la obediencia de la mujer hacia su esposo. El matrimonio no es una relación de 50% de esposo y esposa. El matrimonio debe ser 100% de los dos. Un entrego total del corazón hasta el fin. Ella hace todo lo que puede pensar que le hará feliz. Hace todo lo que humanamente es capaz de hacer por amor a él. Entonces ella confía en que Dios obrará en el corazón de su marido en aquello que él necesita. Proverbios 31:10-12,23 A menudo me he preguntado si la esposa de Job se llegará a arrepentir de no haber sido una ayuda idónea para él en su terrible prueba. Ella había vivido con él, había tenido sus hijos, conocía la rectitud de Job mejor que cualquier otra persona en la tierra. Pero ella no ayudó a él durante sus tiempos más difíciles. Una buena mujer que se casa con un hombre bueno puede multiplicar su servicio para Dios mil veces más. Y ese es un privilegio más allá de lo que se puede decir.
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