Saturday, May 23, 2009

Manejando la Crítica

Manejando la Crítica

"Llevo en el ministerio diez años, pero me siento ahora más inseguro acerca de mi mismo que nunca antes. Cabe suponerse que a estas alturas debería tener ideas más claras...% "Estaban satisfechos con todo en nuestra iglesia excepto con...", La predicación parece no ser muy importante para Ud. ¿verdad pastor?...", "Debes admitir que llevas cierto tiempo sin poner el corazón en...", "¿Qué vamos a hacer? ¿Tú crees que este sea el momento de trasladarnos a otra iglesia? No lo sé; pero parece que sí. Sé que tengo que hacer algo. Supongamos que tuviera el mismo problema en otra iglesia, ¿Qué haríamos entonces? ¿Desarraigar a mi familia cada vez que la gente se canse de mi predicación Quizá deba abandonar el ministerio de una vez y para siempre y dedicarme a vender autos o seguros...", "no se que hacer al respecto...", "Lo último que necesitaba esta noche eran más críticas (tomado de Predicando con frescura, de Bruce Mawhinney, cap. 1 pag. 17‑20)

Expresiones como estas tal vez nos resulten algo familiares o conocidas, representan un cuadro ilustrativo de lo que podría ser un clima cargado de tensiones y mucha necesidad de dirección de parte del Señor para poder tomar control de la situación.

Pastores, Líderes eclesiásticos y otras personalidades con función alguna se ven muchas veces en esta apremiante realidad a razón de la enorme o poco acostumbrada exigencia que resulta del entorno en el cual se desenvuelven y a razón, porque no decirlo también, de las cosas que se están dejando de lado y que son parte de su eficiencia laboral.

A medida que nos introducimos en la rutina laboral vamos tocando piso respecto a lo que verdaderamente esto significa, y lo que comporta, su ignorancia es de considerarla o tomarla en cuenta puesto que puede redundar en consecuencias que pueden afectar la totalidad de los involucrados en el terreno de trabajo y sobre todo en quien es materia de nuestro interés: en la persona del líder y la labor que desempeña.

A continuación una concisa explicación de lo concerniente a este tema, que pueda darnos un mejor entendimiento y una idea de que si es posible, aun estas situaciones, ponerlas en orden y lograr el control, más aun si comprendemos que son parte de la "empresa" en la que estamos inmersos.

¿Qué es Criticar?

Hay muchos significados e ideas que podemos encontrar en relación a este término, por ejemplo:

• Aplicar ciertos criterios o ciertas normas para llegar a un determinado juicio.

• Acción de juzgar.

• Opinar abierta o encubiertamente sobre una persona o un asunto.

• Censurar las acciones o la conducta de alguien.

• Murmurar.

• Reprobar.

• Quejar.

Podemos ahondar más en la idea y conocer que murmurar es:

• Hablar entre dientes o a espaldas de alguien.

• Manifestación de queja o enfado con alguien expresando en ello malestar o insatisfacción.

Una queja es:

• La manifestación de un sentimiento adverso de desazón, resentimiento,

• Disconformidad que estimula a quien lo sufre a acusar a quien considera su agresor.

Podemos calificar las críticas desde dos perspectivas, según su motivación (causa) y según su propósito (fin) respectivamente:

a. Criticas justificables e injustificables. Que tienen que ver con el motivo que las origina.

b. Criticas constructivas o destructivas. Que tienen que ver con el objetivo que persiguen

Ahora que tenemos una idea en cuanto al significado de este término, veremos a continuación un cuadro que nos describirá, a través de la experiencia recogida de la vida de Moisés, como este "Líder", en el uso que Dios hizo de su vida, tuvo que enfrentar diferentes situaciones con variadas personas quienes con sus múltiples opiniones de distinto calibre pusieron a prueba eso que se necesita tener o perfilar en la vida de todo Líder:

Necesariamente tiene que haber una causa para todo malestar. Nm. 12:1‑2, 11

Toda crítica o manifestación parecida tiene que tener razón alguna, y como ya vimos anteriormente según sea su naturaleza será la calidad de la crítica (Y nuestra aprobación o desaprobación de la misma).

Una causa injustificada, infundada, o lejana a la verdad puede ser tomada en realidad como un pretexto, como lo fue aquí en la queja hecha hacia Moisés, la razón verdadera de su crítica eran los celos, lo cual también era inaceptable.

Pero lo que queremos en este primer punto es entender que mucho tendrá que ver en la solución del problema o por lo menos en el entendimiento del mismo, la identificación de la causa que lo originó. Ello para considerar hasta que punto podemos ser responsables y en que manera estamos llamados a enmendar.



Hay exigencias o demandas razonables y necesarias. Jos. 1:16‑18

"La gente sigue, en forma natural, a los líderes que son más poderosos que ellos" "Las personas no siguen a otros por accidente. Siguen a individuos cuyo liderazgo respetan..." El respeto es el nivel más elevado del licierazgo"(3ohn C. Maxwell en su libro‑‑‑Los21 minutos más poderosos en el día de un Líder", La Ley del Respeto). Necesitamos pasar de una autoridad por derecho a una autoridad por respeto.

Sino veamos el legado de Moisés, y con ello la demanda espontánea a su sucesor, el joven Josué Esta verdad nos compromete con el hecho de tener que asumir un liderazgo consecuente, que tome como una necesidad lo descrito por el Apóstol de Tarso: "Pero es necesario que sea..." (1 Ti. 3:1‑2)

Pueden ser observaciones constructivas. Ex. 18:13‑27

No necesariamente las palabras "No esta bien lo que haces" deben significar un menosprecio a nuestro desempeño dentro de la obra que nos involucra. Hay observaciones que apuntan específicamente a la manera en que estamos desarrollando la actividad antes que a la persona misma, si bien es cierto somos nosotros los que sacamos adelante la labor es relevante considerar la manera en que lo hacemos, el grado de eficacia de la misma y la magnitud de beneficio que comporta. Jetro fue oportuno en su observación y consejo, pero más aun en su aseveración: "Si esto hicieres y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y todo este pueblo irá en paz a su lugar", la que tiene que ver con la consideración de la Voluntad de Dios para lo que hacemos para El.

En la proclamación de la verdad la diplomacia no siempre es adecuada. Ex. 32:17,18,21,25,35 / Lv. 10

Recordemos el ejemplo que Juan el Bautista nos dejó, antes que todo él estaba comprometido con la verdad que proclamaba públicamente, todos sabemos que eso le costó su propia cabeza, el calibre de su denuncia fue grave como también sus implicancias pero no por ello renunció al significado real de su mensaje.

Moisés mucho tiempo atrás también nos dio muestras de ir por la misma ruta. En esta situación tremendamente embarazosa que involucraba el pecado del pueblo, Aarón su hermano mayor; a quién 3ehová envió a recibir al libertador al desierto; el que habló por él ante su pueblo esclavo en Egipto; con quién se presentó ante faraón; quien echando su vara frente al monarca egipcio se hizo culebra, quién también sostuvo la mano de su hermano para lograr victoria ante Amalec; el sacerdote, tenía la responsabilidad mayor puesto que lo había permitido; frente a tal situación Moisés censuró tal actitud de una manera severa cargando el peso de la responsabilidad sobre su hermano. ¿Habrá perdido Moisés los buenos sentimientos?

El pasaje de Levítico, nos describe otra situación, pero ahora frente a sus sobrinos, los hijos de Aarón, los que habían quedado, al final Moisés encontró una explicación que lo dejó satisfecho.

Ahora, ¿Tiene. miedo de decir la verdad? ¿Limitaría el contenido real de su mensaje? ¿Quisiera evitar tener la mayor cantidad de personas a las que poco le simpatice su persona por los principios que predica? Recuerde que nuestra primera lealtad se debe orientar hacia el cielo, las demás dependen de ella.

No somos infalibles. Nm. 27:12‑23 1 Dt. 3:23‑29; 32:48‑52

No lo fue Pedro(Gal.2:11‑14), no lo fue Marcos(Hch. 13:13), No lo fueron los hijos del trueno(Mr. 10:37, Lc.9:54 ), no lo fue Bernabé(Gal. 2:13), No lo fue Pablo(Ro. 7:15), No lo fue Juan el Bautista(Mt. 11:1‑3), No lo fue David(2 Sam. 11), No lo fue lonás(Jon. l), No ¡o fue Elías(2 Rey. 19), etc., etc.

Moisés nos da también un gran ejemplo de que los líderes podemos tener pies de barro. Su traspié espiritual le costó una factura muy alta, la perdida de un gran privilegio que paso a corresponderle a otro, el no entrar a la tierra prometida como el líder del pueblo, antes bien no llegó a entrar, solo verla y morir en la cumbre de un monte.

Reflexionemos en nuestros propios errores, aceptemos sus Implicanclas, y aprendamos la lección. Tengamos cuidado o perderemos el cargo, recuerde las palabras de Samuel a Saúl: "Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú".

6. No todos estarán satisfechos con su liderazgo. Nm. 14:1‑4

"Designemos un capitán, y volvamos a Egipto", esas fueron parte de lo dicho por e¡ pueblo. Como esas rnuchas otras expresiones se describen a lo largo de la historia‑las cuales denotan la desazón de¡ pueblo ante la dirección de moisés.

Ahora bien, tanto los versículos previos como también los posteriores nos dernuestran que Moisés no estaba solo en esta situación, Josué y Caleb asumieron una conducta honorable. Pero más aun podemos observar que Dios esta de su lado. En esta ocasión la crítica no tiene una base sólida antes bien desnuda la falta de confianza en el pueblo, "¿Hasta cuando me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuando no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?", refleja un grado de Incredulidad Mayúsculo que luego va a cobrar graves consecuencias, es por ello que resulta necesario evaluar sobre la base de las motivaciones que acompañan las manifestaciones de descontento de los demás.

7. No entenderán instantáneamente el plan de Dios. Ex. 5:20‑23

Y aun el mismo líder podría pensar que está en medio de un gran fracaso o un gran imposible. Es indispensable ser sensibles a la voz de Dios, a su voluntad; ser pacientes y aguardar en sus promesas. Vale recordar las palabras de¡ mentor de Pablo, el sabio Geniales: "... mas si es de Dios, no la podréis destruir" o las escritas por el investigador biográfico quién escribió las palabras del ángel Gabriel: "porque nada hay imposible para Dios". Podernos darnos cuenta que estas palabras y sobre todo el valor de su sentido debe estar en nosotros para luego contagiarlas a los demás en los momentos que apremien.

S.No todos opinan con madurez. Ex. 14:10‑14 1 Nm. 11:4‑6, 19‑23

"¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?" "Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos..." Expresiones coi‑no estas llegan rnuchas veces a reemplazar las palabras saludables de la fe. Es allí donde el Líder cobra un papel muy importante en el hecho de reorientar la mentalidad de su gente, buscando volverlos de sus arrebatos o desvaríos espirituales, encausándolos en la correcta forma de pensar. Fil. 4:8‑9, nos muestra que ¡a presencia de Dios se dará en un estado saludable de fe, "No temáis, estad firmes,... Jehová peleará por vosotros‑‑‑.

Ahora observemos "Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil de a pie el pueblo en medio del cual yo estoy; ¡y tú dices: les daré carne, y comerán un mes entero! ¿Se degollarán para ellos ovejas y bueyes que les basten? ¿0 se juntarán para ellos todos los peces del mar para que tengan abasto?" Creo que lo peor que puede llegar pasar es que el propio líder llegue a pensar de la rnisma manera negativa que liemos descrito antes. Si eso resulta entonces se verificaría la sentencia de que "son ciegos guías de ciegos"

Por cierto la rnayoría de conflictos, por no decir todos ellos, tienen que ver con algún tipo de "necesidad" del hombre, es por esa razón también que nuestra participación debe apuntar a identificar las necesidades de la persona y ver las maneras como ayudar a satisfacerlas de la manera que Dios quiere.

9. Nunca faltarán los rivales o adversarios. Nm. 16:1‑3

Pablo escribió a los filipenses dándoles a conocer acerca de la actitud de "algunos", Fil. 1: 15‑16, pero a ellos mismos les exhortó a vivir correcta rnente en unidad y a hacer las cosas bajo buenas motivaciones y buenos propósitos, Fil. 1:27‑28; 2:2‑4.

También pone acento sobre la necesidad de trabajar sin caer en el grave error de la murmuración que invita a la contienda, Fil. 2:14.

Moisés enfrento la oposición y procedió con humildad y sabiduría, Niii. 16:4‑7; pero fue Dios quien al final resolvió dicha rebelión abriendo la tierra su boca y tragando a los rebeldes.

10. No todos guardarán un mismo parecer y un mismo sentir. Nm. 13:25‑33

El líder muchas veces se hallará en un ambiente polarizado, en medio de una mayoría y una minoría, o siendo más exactos en medio de los que quieren agradar a Dios y los que no, Es su responsabilidad asumir el lugar que le corresponde, sin ceder ante las presiones cuando de por medio está el honrar a Dios y a su palabra.

El líder necesita dejar de lado preferencias o favoritismos, sus criterios de identificación con alguna facción deben ser sanos, mas ¡un los que conduzcan a todos a la obediencia a la palabra de Dios.

Conclusión: podemos concluir en todo lo expuesto que la critica es un ingrediente moderador y modelador de nuestro perfil de liderazgo. Consideremos las palabras del apóstol a los Romanos "todas las cosas nos ayudan a bien, a los que conforme a su propósito son llamados

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